Pará qué creer en el arte



¿Para qué creer en el Arte como un producto elevado exclusivo del talento de unos pocos privilegiados cuando cualquiera de nosotros podemos practicar artes para aprender elevarnos?









Más allá del negocio del Arte


El capitalismo es el más interesado en que se produzcan obras de arte: que se produzcan objetos visibles y tangibles que se puedan comerciar, que se puedan vender. Y si se encuentra con experiencias artísticas efímeras trata de registrarlas, de fotografiarlas, filmarlas, transmitirlas o comentarlas pasándolas por los circuitos del sistema del Arte. El mundo del Arte en el siglo XXI aprovecha los registros que espontáneamente la gente del común efectúa para integrarlos al mundo del Arte y sus proyectos, sus exposiciones, sus curadurías, sus críticas, sus reportajes, sus teorizaciones, sus bienales, sus convocatorias, sus concursos, sus subastas, sus cocteles de inauguración, sus ferias y sus lanzamientos, y así preparan el terreno para la entrada del capital buscando hacer negocio a partir de ellos. Las modos de vida que intentan fugarse del sistema capitalista comparten y hacen circular lo que hacen a partir de los circuitos de sus propias redes locales y glocales, en los sitios donde viven y conviven, en la ropa que visten, en las paredes de las calles por las que pasan, en los sitios web que visitan, en las redes sociales por las que navegan y los correos electrónicos que consultan, en las rutas y los caminos que andan en su vida de todos los días, y a veces no se trata más que de compartir afectos sin la necesidad de vender lo que hacen o de buscar hacer negocios a partir de ello. Más allá del Arte como un negocio, aquí y ahora, una minoría cada vez más gigantesca en el siglo XXI usa el arte para construirse su propia vida.





Lo que nace de las ruinas



Un espacio ha sido liberado en el barrio El Raval, y así lo dice en otro cartel a la entrada: Tras pasar largas temporadas alimentándose de escombros y basura ahora se nutre del trabajo y de la ilusión de aquellos que queremos verlo florecer. Son los soplos de vida que aparecen en los escombros, los espacios compartidos que emergen de las ruinas. El espacio mutante en que deviene Hort del Xino cada domingo, tras cada nuevo evento, tras cada nueva experiencia, tiene toda la potencia que dejan los afectos de recuperar lo abandonado, de vitalizar lo que se seca. Y así es que han nacido muchos de los huertos urbanos que en Barcelona y tantas otras ciudades alrededor del planeta refrescan de vida los desiertos de asfalto, liberando espacios abandonados de una muerte lenta. Estas recuperaciones son la mejor evidencia empírica de la gran utilidad y la pertinencia del pensamiento de Lebbeus Woods: la urgencia de idear maneras de habitar los espacios devastados. Falta verde en las grandes urbes: verde para comer, verde para ver, verde para oler. Esa necesidad vital es la fuerza que anima el intento de recuperar una zona devastada como la que queda después de la demolición de una vivienda que se deja sin limpiar. Somos un grupo de gente del barrio que ante la falta de espacios verdes y lechugas frescas decidió crear un huerto comunitario en un solar abandonado. Las autoridades demolieron una edificación tras haber sido ocupada; tiran abajo todo para que no ocupen la vivienda, luego dejan los escombros. En vez de llorar el desalojamiento y la demolición se comenzó algo nuevo casi de la nada, de las ruinas y el abandono que quedan. Se sacan piedras, se barre el polvo, se arranca la maleza, se tiran desperdicios, se ahuyentan las ratas, cambia el ambiente, todo comienza de nuevo. Es otra la manera de propiciar encuentros ahora, de generar cohesión comunal, incluso multicultural, tal como sin planearlo terminó ocurriendo; sin créditos políticos para nadie, ni siquiera para aquellos que gestionan lo que allí sucede, las reuniones, las exposiciones, los festivales, las exhibiciones de cine, las castañadas. No hay movimiento social promoviéndose, lo importante es poder darle vida a un espacio, habitarlo, cultivarlo, cultivar prácticas, cultivar artes, empoderar nuestra vida.




Hort del Xino: http://hortdelxino.wordpress.com







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