La ilusión de que el Arte nunca se va a acabar

A pesar de todo, aún cuando la muerte del mega relato del Arte sea otra crónica de una muerte anunciada, el Sistema lo negará por completo. La muerte del Progreso que ayuda a ver Lyotard ha sido sistemáticamente ocultada. La muerte del Hombre que anunció Foucault ha sido sistemáticamente excluida de las instancias de pensamiento. De igual manera, la muerte del Arte es sistemáticamente ignorada por el Sistema y sus redes de comunicación. Sólo circula como un eslogan más para otra camiseta a la venta. Pero obviamente, el Sistema se abstiene de poner en discusión, de poner en juego en la construcción de valores comunes las consecuencias de todo el proceso irreversible que se vive globalmente en el planeta. Lo que desaparece, lo que llega a su fin, lo que muere son las condiciones de posibilidad mismas de que el Arte como mega relato pueda seguir existiendo: el Arte ya no irradia poderes que no se encuentren en otras esferas de la sociedad. El mundo del Arte lo seguirá negando, y seguirá simulando la existencia del Arte, es lo que ya está haciendo. Muchos pensadores se olvidaron de pensar el arte más allá del mundo del Arte en sí mismo, ante la evidencia de que las instituciones del mundo del Arte alrededor de los cinco continentes siguen permaneciendo estables, e incluso pujantes. Pero es que el mundo del Arte puede seguir adelante mucho tiempo más, con sus instituciones generando rentabilidad, engrasando eficientemente la máquina de hacer dinero, ganar éxito por muchos años aún, y eso no va a probar más que el Arte es un dispositivo capitalista, como hasta los mismos defensores y los deudos del mundo del Arte lo saben. La autonomía del Arte desembocó en lo que Baudrillard llama la autonomía total del mercado del Arte, el momento en el que el mercado se separa por completo de cualquier economía real del valor, hasta convertirse en una suerte de execrencia fantástica. Baudrillard, el pensador más radical de la estetización generalizada y de la muerte del Arte, muestra que en eso consiste lo que él llama el complot del Arte: el mundo del Arte se formó con sus propias reglas de juego hasta llegar a ese estado de libertad absoluta que celebra Danto cuando recuerda que ahora el Arte no tiene reglas. El Arte es un dispositivo con muchas ventajas en el Sistema, es uno de sus niños mimados. El Arte juega con sus propias reglas, el Arte juega como él quiere, hasta el punto de crear un mercado que flota en el aire inflado de especulación, sin la más mínima necesidad de responder a algún tipo de demanda o de necesidad social. Ese es el complot del Arte: juega su propio juego. El mundo del Arte es una República Independiente que no representa nada ni nadie excepto sus propios intereses.

Es tan soberbio el Arte en su estatus superior, es tanta su embriaguez como mega relato que el mundo del Arte actúa tal como si el Arte no se fuera a acabar nunca. Como si el Arte fuera eterno. Como si el Arte fuera una naturaleza humana, olvidando que el Arte es una construcción histórica. El Arte es un relato imperial. De hecho cumple con las condiciones básicas que definen un imperio, siguiendo a Hardt y Negri. El Arte cumple la condición espacial del Imperio: el Arte no tiene límites espaciales, el Arte no tiene fronteras (ni siquiera las del planeta Tierra, con la puesta en órbita de expresiones humanas en satélites patrullando el espacio exterior de la galaxia). Y el Arte también cumple la condición temporal del Imperio: el Arte no tiene lindes temporales, el Arte no se va a acabar. Como los imperios, el Arte suspende la Historia, fija un estado ideal para toda la eternidad. El Arte como un valor universal y trascendental, el Arte como dominio global eterno. La ilusión totalitaria del mundo del Arte, aún a pesar de la conciencia de la propia historicidad de sus instituciones y del concepto de Arte, es que ¡el Arte no se va a acabar nunca! El Arte estaría ya por fuera de la Historia, sería para siempre, viviría eternamente. Tanta es la soberbia del Arte, y tan imperial es su discurso que el filósofo del mundo del Arte, Arthur Danto, se anticipa más de una década a Francis Fukuyama y su tesis de El Fin de la Historia y el último hombre, cuando en La transfiguración del lugar común confiesa que le gustaría creer que las posibilidades de otras revoluciones en la concepción del Arte están eficazmente cerradas y que la Historia del Arte ha llegado, en cierto modo, a su fin. El sistema de vida capitalista de la Globalización constituye ese final de la Historia de La Humanidad, y el Hombre capitalista sería el último de los hombres, igual que el mundo del Arte y sus reglas son la realización máxima de la vida del arte en la sociedad. La Historia se suspendería con el Imperio de La Humanidad, el Imperio del capital. No habría ya nada mejor, no tendríamos más a dónde ir: no existiría un mejor sistema de vida que el nuestro, el de las Democracias Capitalistas, el de las artes humanas administradas por el mundo del Arte. Es la ilusión del fin de la que habla Baudrillard: la ilusión de que el fin ya ha tenido lugar. El fin de la historia ya habría acontecido, y el momento histórico en el que estamos, el sistema de vida del que hacemos parte, se reproduciría de aquí en adelante, por siempre. Igualmente, Danto escribe toda su filosofía del Arte bajo esa misma ilusión: la ilusión de que ya estamos aquí Después del fin del Arte, y que el Arte podrá seguir cambiando de concepciones pero seguirá existiendo, por siempre, y nunca acabará. Un lustro después de la sentencia imperial de Fukuyama acerca de la Historia, Danto se reafirma en lo que él mismo llama su profecía del presente: estamos viviendo el estado final del Arte, la conclusión de un proceso histórico, y no el paso en un camino hacia un futuro todavía insoñable. Esa es la visión que ofrece Danto para el nuevo milenio.

Pero realmente, el comienzo del siglo XXI constituye un umbral hacia un nuevo horizonte histórico y un intersticio entre dos grandes eras. El más allá puede vivirse aquí y ahora, pero esto apenas comienza. Es un nuevo día plenamente lo que comienza a amanecer tras el crepúsculo. Los acontecimientos seguirán explotando, los ciclos se seguirán abriendo y cerrando, las cosas y las vidas seguirán naciendo y muriendo para volver a nacer de nuevo, como otra historia, a pesar de que el Sistema seguirá simulando que no pasa nada, que nuestra civilización y nuestra forma de vida capitalista sigue su curso eterno. Los que hablaron del fin de la Historia y del fin del Arte cerrándose el siglo XX ya no pueden dar cuenta de lo que acontece subyacentemente en el siglo XXI. El problema de una perspectiva sistémica del pensamiento así no es que la Historia o que el Arte lleguen a un fin, sino que desde ella realmente el fin ya no es posible. Como dice Baudrillard acerca de ese pensamiento, el problema es que no es capaz de contemplar su propia finalidad ni de soñar su propio fin. El mundo del Arte no es capaz de concebir el fin de sí mismo porque no es capaz de contemplar el fin del mega relato del Arte. No es capaz de soñar que otra historia sin el Arte como valor superior puede vivirse. Quizás, porque todos somos parte del Sistema es que resulta tan difícil llegar a imaginarse que pueden vivirse otros modos de vida. Quienes creen que la vida humana llegó a su estado definitivo, a su mejor forma de vida posible, posiblemente aún conservan una visión lineal y única de la multiplicidad de historias vividas simultáneamente, una visión de las historias sintetizadas en una sola Historia Universal. Hoy más que nunca hace falta volver a contemplar la naturaleza cíclica de las historias: todo muere y algo más nace a la vez. El mundo del Arte seguirá adelante, simulando la ilusión de que durará por siempre, aún cuando adentro del propio mundo del Arte todos saben que la ilusión del Arte murió hace mucho ya. Pero es que los horizontes de nuevas posibilidades vitales no van a provenir del mundo del Arte, ellos ya tienen suficiente con esforzarse en aparentar que el Arte sigue vivo. Los horizontes de nuevas posibilidades vitales realmente se encuentran afuera del Arte, afuera del mundo del Arte, en toda la multiplicidad de artes del siglo XXI que fluye y circula en los circuitos de las culturas glocales y en la vida cotidiana de las culturas globalizadas alrededor del planeta.

El crepúsculo del Arte no es más que el preámbulo del amanecer de un nuevo horizonte de posibilidades abiertas para el uso de las artes, por parte ya de cualquiera: otra concepción y otra afección por el arte y otras maneras de tejer la vida social a partir de sus puestas en práctica y sus puestas en común. La muerte del mega relato del Arte en el siglo XXI es el renacimiento de la concepción y el uso del arte de las sociedades premodernas alrededor del planeta. A pesar de que las nuevas tecnologías de la información hacen de este proceso histórico un pasaje inédito en todas las historias de los seres humanos sobre la Tierra, todo constituye un retorno cósmico a los tiempos más ancestrales. Tal vez por eso Baudrillard vio la historia contemporánea como una cuenta hacia atrás, regresiva. El primer álbum de Bodhisattva 13:20 se titula Excursions Through Ancient Future, dando fe de las posibilidades de este nuevo eterno retorno que viene para la vida social más allá del 2012. El uso de nuevas tecnologías para crear y tocar música que nos haga entrar en trance de la misma forma que lo hacían nuestros ancestros más primitivos es apenas la punta del iceberg de lo que emerge. Las muertes del Arte en el siglo XIX y en el Siglo XX, de las que hablan Hegel y Danto, son apenas pequeñas muertes que hacen parte de un proceso lineal en marcha que llega hasta el siglo XXI, el proceso histórico de la independencia absoluta de las actividades artísticas que impulsa el campo del Arte en busca de autonomía. La Historia lineal de Hegel se pliega sobre sí misma, a la manera del eterno retorno de Nietzsche y así, se cierra el ciclo del Arte como mega relato, el Arte como sustantivo, y se abre un nuevo ciclo, ciclo inédito pero a la vez retorno a los orígenes, los orígenes del arte: el arte como una fuerza, el arte como práctica, el arte como acción, el arte como verbo y no como sustantivo. El gran ciclo histórico por cerrarse en el siglo XXI, tras quinientos años de continua formación, es el ciclo del Arte como un mega relato encumbrado de la vida moderna. El gran ciclo histórico que se abre es el del retorno al arte como una manera de intentar las cosas, de intentar cualquier cosa, una manera de hacer y de emprender nuestros intentos de la vida diaria. El arte como parte integral de la vida diaria: las posibilidades de desarrollar un arte a partir de cualquier práctica. La serpiente del Espíritu de la Historia del Arte se muerde la cola y se forma un círculo. Un círculo con el que se deshace la Historia del Arte y el Arte como relato, abriendo otras historias y desencadenando otros espíritus. Como la serpiente enroscada en espiral del kundalini dormido, todo se duerme para despertar de nuevo, todo se pliega para volverse a desplegar. En ese momento, el flashback llegó otra vez.




Enlaces


Child of Eden – Prueba del juego por Tetsuya Mizuguchi: http://uk.xbox360.ign.com/articles/109/1098711p1.html

Child of Eden – Trailer oficial y entrevista a Tetsuya Mizuguchi: http://child-of-eden.us.ubi.com


Cristopher Lee Martin: http://christopherleemartin.com

Liquid Mind / Mentalism. Psycircle compilations: http://psycircle.com/site/content/conjugations



Jean Baudrillard, El complot del Arte:




Bibliografía


Acerca del fin del Arte y el fin de las meta narrativas en el mundo del Arte:
Arthur Danto, Después del fin del arte. El arte contemporáneo y el linde de la historia. Paidós. Barcelona, 1999.
__________, La transfiguración del lugar común. Una filosofía del arte. Paidós Estética. Barcelona, 2002.
__________, The Philosophical Disenfranchisement of Art. Columbia University Press. 1986.
Berel Lang (Ed.), The Death of Art. Haven Publishers. New York, 1984.

Acerca del fin de la Historia del Arte:
Hans Belting, The End of the History of Art. University of Chicago Press. Chicago, 1987.

Acerca de la muerte del Arte en el siglo XIX y la Historia como meta narrativa:
G.W.F. Hegel, La fenomenología del espíritu. Madrid, 2010.

Acerca de la estetización generalizada y el fin del arte como hecho específico:
Jean Baudrillard, Transparency of evil. Verso, London, 1993.
_____________, El complot del arte. Amorrortu. Buenos Aires, 2006.
Gilles Lipovetsky, La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Anagrama, Barcelona, 1986.
Jean Francois Lyotard, Moralidades posmodernas. Taurus, Madrid, 1998.
Gianni Vattimo, Muerte o Crepúsculo del Arte. En El Fin de la Modernidad. Nihilismo y hermeneútica en la Cultura Posmoderna. Gedisa. Barcelona, 1996.

Acerca del fin de la modernidad desde una persepctiva hermenéutica nihilista:
Gianni Vattimo, El Fin de la Modernidad. Nihilismo y hermeneútica en la Cultura Posmoderna. Gedisa. Barcelona, 1996.

Acerca del fin de la Historia:
Jean Baudrillard, La ilusión del fin. Anagrama. Barcelona, 1993.
____________, La ilusión vital. Siglo XXI. Madrid 2002.
Francis Fukuyama, El fin de la Historia y el último hombre. Editorial Planeta. Buenos Aires, 1992.

Acerca del fin de las meta narrativas y la condición posmoderna de las sociedades globalizadas:
Jean Francois Lyotard, La condición posmoderna. Informe sobre el saber. Cátedra, Madrid, 1992.
__________________, La posmodernidad (explicada a los niños). Gedisa. Barcelona, 1999.

Acerca del presente perpetuo en tiempos de globalización:
Fredric Jameson, Teoría de la posmodernidad. Trotta, Madrid, 1998.
_____________, Las semillas del tiempo. Trotta, Madrid, 2000.

Acerca del Imperio Global del sistema de vida capitalista:
Michael Hardt / Antonio Negri, Imperio. Desde abajo, Bogotá, 2001.

Acerca del desencantamiento del mundo:
Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Alianza. Madrid, 2002.

Acerca del reencantamiento del mundo:
Morris Berman, El reencantamiento del mundo. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile, 2004.

Acerca de lo bello y lo sublime desde la Estética como disciplina:
Immanuel Kant, Crítica del juicio. Espasa-Calpe. Madrid, 1999.

Acerca de lo sublime en el Arte y el arte más allá de lo sublime:
Jean Francois Lyotard, The Sublime and the Avant-Garde y After the Sublime, the State of Aesthetics. En The Inhuman. Stanford, Oxford, 1988.

Acerca de las formas y las fuerzas:
Gilles Deleuze, Foucault. Paidos, Barcelona, 1987.
Fritjof Capra, The tao of physics: An Exploration of the Parallels between Modern Physics and Eastern Mysticism. Shambhala Publications. 2000.

Acerca de la serpiente dormida del kundalini y el cuerpo sutil etérico (suksma-sarira):
Ajit Mookerjee, Kundalini. The arousal of the inner energy. Thames & Hudson. London, 2005.

Acerca de lo tonal y lo nagual (lo físico y lo microfísico):
Carlos Castaneda, Una realidad aparte. Fondo de Cultura Económica. México, 1971.
______________, Relatos de poder. Fondo de Cultura Económica. México, 1976.

Acerca del conocimiento de lo desconocido:
Carlos Castaneda, El fuego interno. Gaia. Madrid, 1997.
______________, El conocimiento silencioso, Emece. Buenos Aires, 1996.

Acerca del nacimiento y la muerte del hombre:
Michel Foucault, Las palabras y las cosas. Siglo XXI, México, 1998.

Acerca de la microfísica del poder:
Michel Foucault, Vigilar y castigar. Siglo XXI, México, 1978.
_____________, Historia de la sexualidad volumen I: La voluntad de saber. Siglo XXI, México, 1979.
_____________, Microfísica del poder. La Piqueta. Madrid, 1993.

Acerca de la micropolítica del deseo, los isomorfismos y el constructivismo vitalista:
Gilles Deleuze / Félix Guattari, Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Pre-Textos, Valencia, 1992.

“El capitalismo lleva en sí mismo los gérmenes de su propia destrucción”, en:
Karl Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. Alianza Editorial. Madrid, 2002.







Datos personales

Mi foto
contact blue flame: contact@overdriveelectro.net